Una tarde en Bayona

Lo admito. Son las personas a las que más quiero en este mundo. Sí, soy Itsaso y quiero que sepáis, vosotros que me leéis, que cuando me contaron que se casaban Amaia y Asier, tardé ni un segundo en mirar el calendario a ver cuándo podíamos fijar una fecha para la preboda.

Elegimos Bayona para inmortalizar los momentos que marcarían un antes y un después en su vida. Este pueblo vasco francés está relativamente cerquita, y quisimos que fuera el escenario de esas fotografías de preboda porque tiene ciertos toques parisinos que nos encantan.

Pasamos una tarde de febrero maravillosa paseando por las calles de Bayona. Logramos detener el tiempo como si nada más importara a nuestro alrededor. Estrujamos el día como cuando abrazas a alguien tan fuerte para que no se escape, que nos quedamos hasta que el sol se escondió. Poco puedo decir de ellos porque, dejad que os sea honesta, no sería nada objetiva.

Os dejo aquí algunas de las fotos de preboda que creamos. Sí, creamos, como las historias que son la suma de momentos, y no de cosas. Estoy segura que las siguientes imágenes transmiten lo mucho que se quieren y lo bonitos que son los dos por fuera, pero sobre todo por dentro. Dos almas rebeldes y tan llenas de luz, que cuesta tenerlos lejos demasiado tiempo. Os dejo con ellos un rato… porque son únicos.

Creedme cuando os digo que la magia la hicieron ellos, yo solo inmortalicé el momento a través del objetivo y mi retina llena de emociones y sentimientos. Adoro ser fotógrafo de bodas.