Lucia&Omar

“Claro que quiero, quiero seguir viendo cómo arrugas la nariz cuando te enfadas. Quiero que sigas siendo abrazos, caricias y salvavidas cuando ni yo misma me encuentro. Quiero desayunarte, comerte y cenarte todos los días de mi vida. Quiero que la sinceridad, la pasión y el amor sean siempre los valores que sustenten nuestra historia de amor. Quiero que sigas atacándome por la espalda mientras cocino, y que me hagas cosquillas hasta que tenga que suplicarte que pares. Quiero prometerte, y te prometo amor, seguir viviendo millones de aventuras juntos y reírnos hasta que nos duela la tripa. Prometo darte la tostada menos quemada cada mañana, prometo no dejarte escapar nunca, porque nos merecemos el uno al otro…”
Con estas preciosas palabras nos dejó boquiabiertos Lucia, en el elopement que hicimos en la montaña. Una declaración de amor en toda regla. Ella, en castellano, él en su lengua materna, el árabe. Una pareja de los más singular, en un sitio de lo más especial. Ellos decidieron hacerlo así, los dos solos, con decenas de buitres volando a su alrededor como únicos testigos, y con el mayor regalo que se pueden hacer el uno al otro, su cariño y su amor. Subimos a lo alto de la montaña para que se leyeran los votos que previamente se habían escrito, sacamos algunas fotos y volvimos a bajar a celebrarlo con unas cervezas. Fué una tarde de 10. Cada vez nos gustan más este tipo de celebraciones, sin parafernalias, sin compromisos, sin bullicio, y sin protocolo. Sólo lo esencial, ellos dos, y un atardecer de película. Y es que, cuando se trata de amor, ¿qué más necesitamos?