Mireia&Beñat
Mireia y Beñat organizaron su boda al aire libre en la bodega Hika Txakolindegia. Fue una ceremonia de tarde y una cena a la luz de las velas. Sí, así, arranca la boda de Mireia y Beñat, como un cuento de hadas. Y nosotros estuvimos allí para hacer sus fotos de boda.
Como fotógrafos de boda del País Vasco, nos sorprendieron desde el minuto uno, ya que aquí es costumbre casarse de día, y esa forma de romper los esquemas, de no querer hacer lo que la mayoría… nos encantó. Nunca antes había tenido tanto sentido la frase “Quien no arriesga no gana”, dicen. Y sin duda ellos salieron por la puerta grande con esa decisión que tomaron.
Desde el primer momento se notaba que ambos estaban un poco nerviosos. Vamos, lo normal en el día de tu boda. Pero estaban tan radiantes de felicidad porque por fin había llegado el día que tanto deseaban, que los nervios pasaron en segundo plano.
Bailamos y cantamos desde el mediodía y hasta altas horas de la madrugada. Mireia iba preparada. Durante los preparativos se había traído su lista de reproducción favorita, lista para amenizar el momento y romper el hielo de todos los invitados. Al menos, de los más tímidos. ¡Y vaya si funcionó!
Cuán curiosa es la vida, y las emociones. No fue hasta después de los preparativos, al llegar Lía, cuando se tranquilizaron los dos. ¿Os acordáis de Lía, su labrador? Ya os contamos en la preboda de Mireia y Beñat el amor incondicional por su perra.
Así que entendimos perfectamente que faltaba un miembro de la familia muy importante para ellos para dejar los nervios y disfrutar al máximo de su gran día. Hicimos las fotos del first look antes de que llegaran los invitados, para que Beñat pudiera saludar a todo el mundo según bajaban de los autobuses y las ganas, la ilusión y la felicidad iban en aumento.
Por fin llegó la ceremonia. Intensamente emotiva y llena de anécdotas para el recuerdo, no dejó a nadie indiferente. ¡Hasta nosotros nos emocionamos! En la ceremonia hablaron tanto familiares como algún amigo, antes de concluir su unión con la entrega de los anillos.
Al caer el sol dio comienzo el cóctel de boda. Lo vistieron diferentes puestos de comida, donde degustamos las mejores tablas de queso y el mejor Txakoli, como no podía ser de otra manera en una boda en el País Vasco. Durante la cena todos pudimos coger fuerzas para el fiestón que vino a continuación, en el que los más valientes aguantaron hasta las cuatro de la madrugada. Algunos de ellos nos sorprendieron, y es que ¡las apariencias engañan! Y aguantaron estoicamente hasta bien entrada la oscura noche.
Esta boda estuvo plagada de momentos mágicos que desde Ochoeme inmortalizamos con el video y las fotos que os mostramos. Y es que a veces, una fotografía vale más que mil palabras. Solo podemos estar agradecidos de que nos eligieran a nosotros para estar con ellos en un día tan importante y ser sus fotógrafos de boda. No quisimos perdernos ni un solo detalle, y sería absurdo no admitir que nos sentimos como dos más de los invitados, entre toda su gente, sus amigos y familia, celebrando el amor.
La encargada de todo este sarao, fue Virginia de Sunday Atelier. La decoración a cargo de Julia Tellechea y Mesa Presidencial. La tarta y dulces de Sweet Lulu. El traje de Beñat es de Sastrería Aldabaldetreku, el vestido de Mireia de Otaduy por Zita Limone, los zapatos de Dior y el tocado de M. de Paulet. Las alianzas de Sarah Jewels. El maquillaje por Garbi Garai, y la fiesta de la mano de Nemux. Todo un acierto para el éxito de esta pedazo de boda.